lunes, 3 de junio de 2013

Coche Pullman



la juzgué a la morocha
primero por ocupar mi asiento
el 45 V
luego por estar en patas
en medias rosas infantiles un tanto percudidas
y por último la sentencié por el aroma
aroma splash agrio que se hacía presente cada vez que los pies variaban

Me ofreció un mate rebajado con agua fría de una botella sin etiqueta.
Entre mates pude deducir
cordobesa
que en estación Rosario
cuando todos bajan a estirar las piernas
fuma porro

Durante el viaje tuvo el pelo lacio y unas calzas
calzas negras oportunas y sin bolitas visibles del lavado.

Le dije que escribía
y le expliqué más en detalle de los argumentos y las historias
pero no entendía mucho y se limitó a fingir asombro.

De Zárate a Capital fue leyendo un libro de mierda
de un primo de Agatha Cristie quizás. Alguien olvidable.

Nos bajamos
la ubiqué para que encuentre calle corrientes.
Nos abrazamos
me confesó que era artista plástica
y que hacía poco que había laburado una escenografía en el Roxy
me tocó fingir asombro.

Prometimos tomar cerveza en Rosario
en el barrio Ludueña, barrio duro
donde según ella
tiene amigos.


@libregant

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